¿POR QUÉ DEJAR DE FUMAR?

RAZONES PARA DEJAR DE FUMAR

Puestos a buscar razones para dejar de fumar, se pueden encontrar cientos de ellas. Y muchas de ellas se pueden hallar en la primera y la más importante: la salud. Bastará destacar algunas de ellas:

  • Fumar mata, por lo que dejar de fumar alargará la esperanza de vida.
  • Evitar el cáncer. El tabaco se ha identificado como la causa de numerosos tipos de cáncer y entre ellos, especialmente el de pulmón, garganta, vejiga o boca, por citar algunos.
  • Mejorar la salud cardiovascular, mejorando la tensión arterial y la frecuencia cardiaca, entre otros factores.
  • Evitar la insuficiencia respiratoria o enfermedades como la EPOC.
  • Reducir la posibilidad de sufrir infecciones de las vías respiratorias.
  • Mejorar la fertilidad.
  • No tener problemas de disfunción eréctil.
  • Evitar el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de arrugas.

Otras se relacionan con la salud de aquellas personas que nos rodean, especialmente la familia y en particular los hijos:

  • Convertir a las personas de nuestro entorno en fumadores pasivos significa poner su salud en un claro riesgo.
  • El humo de segunda mano es incluso más dañino para la salud como el que se inhala cuando se fuma.
  • Si la mujer no fuma durante el embarazo reducirá las posibilidades de que surjan complicaciones antes u durante el parto, que el niño nazca con bajo paso y que éste presente en el futuro más problemas de salud de lo habitual.
  • Privar a los propios hijos del humo del tabaco reducirá las probabilidades de que sean más propensión a las alergias, el asma y frecuentes infecciones respiratorias.

razones para dejar de fumar

Otras razones para dejar de fumar

Si la salud no fuera razón suficiente para dejar de fumar, aún hay otras a considerar, que tienen que ver con la calidad de vida:

  • Preservar la salud del bolsillo y la cuenta corriente. Un fumador de una cajetilla al día (20 cigarrillos) ahorrará al dejar de fumar en torno a los 1.500 euros al año. Este dinero se puede gastar en cosas más satisfactorias como disfrutar mejor el tiempo libre con la familia.
  • Recuperar el sentido del olfato y el gusto.
  • Mejorar el aliento y la salud bucodental.
  • Mejorar la capacidad de esfuerzo físico.
  • Dejar de roncar.
  • Tener una sexualidad más plena y satisfactoria.
  • No tener que estar pendiente del tabaco y de dónde se puede fumar.
  • Aumentar la autoestima.
  • Liberarse del agobio que supone que los más allegados le pregunten a uno constantemente que cuándo va a dejar de fumar, o que apesta a tabaco, o que en la casa no se puede respirar, etc.

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9 consejos para mejorar la concentración (avalados por la ciencia)

 

Según la Real Academia de la Lengua, la concentración es “la acción y efecto de centrar intensamente la atención en algo”.
Para nuestra vida diaria, es importante aprender a concentrarnos. Tener una buena capacidad de concentración nos ayuda enormemente a ser más efectivos a la hora de realizar cualquier tarea. Las bondades de tener una buena concentración son muchas: aumentan nuestra memoria, nuestra efectividad en la toma de decisiones, nuestra precisión y nuestra agilidad en el reto que tengamos entre manos.
Mejorando la concentración con 9 simples técnicas
Tener una buena concentración está muy ligado a poder retener y recordar mucho mejor. En este sentido, la concentración es una buena virtud para tener una memoria fluida. Si logramos desarrollar la concentración, nuestra memoria también mejorará.
Con este fin, en el artículo de hoy hemos recopilado nueve estrategias y técnicas que pueden ayudarte a mejorar estas capacidades tan útiles para la vida diaria.
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1. Descansa las horas suficientes
Un punto básico:  para poder concentrarnos bien necesitamos estar descansados. Dormir las horas suficientes nos proporciona la recuperación cerebral y cognitiva necesaria para poder rendir perfectamente al día siguiente. Dormir bien nos proporciona un estado de lucidez en vigilia.
Es un consejo habitual para los estudiantes: el día anterior a un examen, hay que dormir bien. Porque si no se descansa lo suficiente, en el momento del examen vamos a estar dispersos y vamos a tener menos memoria. Durante las horas en que dormimos, el cerebro realiza un «reseteado» de ciertas funciones, preparándonos para que el día siguiente podamos procesar mucho mejor la información y los estímulos. Además, dormir ocho horas es también muy bueno para nuestra memoria a largo plazo.
2. Masca chicle
Puede parecer un poco extraño, pero masticar chicle es bueno para nuestra concentración. Así lo indican distintos estudios científicos: masticar chicle nos ayuda a recordar información en el corto plazo.
Además, puede ser un elemento que nos permita concentrarnos mejor en la tarea que debemos realizar, sobre todo en exámenes y pruebas que precisen de nuestra memoria auditiva y visual.
3. Escribe con papel y bolígrafo
Estamos muy acostumbrados a escribir las cosas en el teclado del ordenador. Es un método de escritura automático y que nos permite muchas cosas positivas, pero no es lo mejor para nuestra concentración ni para nuestra memoria.
Si escribimos a mano, nuestro cerebro hará un esfuerzo superior para concentrarse y recordará más fácilmente los datos y apuntes que salgan de nuestro puño y letra, según ha explicado Lizette Borreli para Medical Daily. Una mejor concentración cuando redactamos las ideas será un apoyo para nuestra memoria a largo plazo. que será capaz de rescatar esos datos días e incluso semanas después.
4. Gestiona el estrés
¿Eres muy proclive a padecer estrés? Cuando estamos en un estado de tensión vemos muy reducida nuestra capacidad para focalizarnos en algo.
Algunos trucos para gestionar el estrés son tan simples como apretar fuerte el puño o una pelota anti-estrés, durante un minuto. Este acto va a liberar nuestras tensiones por un buen rato. Pero, si sufres un estrés más permanente, lo óptimo será que te pongas manos a la obra para solucionar el problema. Asimismo, es importante que tengamos una buena salud física: mantenerse bien hidratado, realizar deporte a menudo…
5. Juega al ajedrez
Si hablamos de aumentar nuestra concentración, el ajedrez es el deporte rey. Este juego nos exige una gran capacidad de concentración para analizar cada situación que se produce en el tablero, tomar decisiones acertadas y anticiparnos a los movimientos del rival. Así lo ha constatado un estudio publicado en Science Direct.
Es una actividad perfecta para desarrollar ambas capacidades, además de nuestra habilidad para el razonamiento lógico y estratégico.
6. Evita distracciones
¿Es un poco obvio, no? Cuando tratamos de concentrarnos en una tarea, es muy buena idea que intentemos evitar que estímulos externos e indeseados nos distraigan. Por ejemplo, si estás estudiando, lo ideal es que lo hagas en silencio, con una luz adecuada, y por supuesto sin el televisor u otra distracción similar de fondo.
Se ha demostrado que el ruido ambiental afecta a nuestro rendimiento si estamos realizando una tarea que requiere concentración (por ejemplo, un examen). Cuando menos ruidoso sea el entorno, más en forma estarán tus habilidades cognitivas.
7. Dibuja mientras estás en clase
Este consejo es bastante contraintuitivo. Cuando estamos asistiendo a una clase magistral o a una conferencia, es buena idea que dibujemos pequeños garabatos en un bloc de notas o cuaderno. Así lo afirma un estudio publicado en la  revista Time.
No es necesario dibujar figuras concretas, cualquier cosa vale. Esto logrará que combatamos el aburrimiento y retendremos mejor aquello dice el profesor.
8. Música de fondo: ¿buena o mala idea?
Escuchar música de fondo cuando estamos enfocados en una tarea puede ser una buena idea. Pero depende de varios factores.
La música tiene la capacidad para estimular nuestra actividad cerebral y cognitiva. Es bastante positivo que, justo antes de empezar a estudiar, escuchemos un poco de música para estimular el cerebro y empezar a ponerlo en marcha. Sin embargo, durante el transcurso de la tarea, es mejor estar en silencio, puesto que la música puede distorsionar la calidad con que retenemos la información. Este efecto negativo de la música hacia nuestra capacidad de atención y concentración  ha sido reportada en varios estudios científicos.
9. Planifica tu rutina
No hay nada que afecte tan negativamente a la concentración como una rutina desorganizada y caótica. Es el noveno punto de la lista, pero seguramente es el más importante.
Hay que planificar y ordenar las prioridades del día a día. Sin contamos con el tiempo necesario para dedicar a cada tarea, evitaremos el estrés, las prisas y los inconvenientes que puedan surgir, y seremos más capaces de dedicar un esfuerzo inteligente y productivo a la tarea.
¿Tienes otros trucos para aumentar la concentración? Nos los puedes hacer llegar a través de la sección de comentarios o en nuestras redes sociales.
Etiquetas: Empresa, Cognición, Ciencia e investigaciones

Combatir el insomnio: 10 soluciones para dormir mejor

insom
Combatir el insomnio no es ninguna quimera. Si sufres de problemas para dormir, es muy posible que este sea una fuente de problemas que te está robando tiempo (el que tardas en dormirte) y salud. Teniendo en cuenta el valor de estos dos elementos, merece la pena preguntarse qué se puede hacer para remediar esta situación.
¿Cómo luchar contra el insomnio y empezar a dormir bien?
Como sabemos que los problemas para dormir son bastante generalizados, hoy hemos decidido abordar este problema. Aquí tienes algunos consejos que pueden serte de utilidad.
1. Come bien
De nada sirve llegar a la cama arrastrando un cansancio producido por una falta de ingesta de calorías. Una de las soluciones para el insomnio puede estar en la comida: es importante alimentarse bien, ya que una falta de calorías por debajo de los mínimos hacen aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Además, merece la pena eliminar o moderar mucho el consumo de café u otras bebidas excitantes y hacer lo mismo con los alimentos llenos de edulcorantes artificiales. En cambio, sí es recomendable consumir alimentos ricos en el aminoácido triptófano tales como los lácteos, los huevos o los cereales integrales, ya que ello ayuda a producir serotonina, un potente relajante. Por ejemplo, puedes tomarte un yogur natural una hora antes de irte a dormir. Los alimentos con un índice moderadamente alto de carbohidratos también pueden ir bien.
2. Haz algo de ejercicio moderado
No es fácil librarse de la regla de hacer ejercicio: este punto aparece en prácticamente todos los listados para llevar una vida sana. Sin embargo, este tipo de recomendaciones tienen su razón de ser: se ha comprobado cómo actividad aeróbica mejora la calidad y cantidad del sueño.
Por eso es una buena idea salir a correr durante una hora a la semana. Eso sí, procura hacer esto en un momento cercano al mediodía y nunca después de comer, para que no se te junte con la digestión o con un momento en el que vayas a tardar poco en irte a dormir.
3. Para combatir el insomnio, aléjate de las pantallas y de la luz intensa
Todas las personas seguimos unos ritmos de activación llamados ritmos circadianos. Estos ritmos se ven afectados por la recepción de luz y, por eso, exponerte a fuentes de luz en horas a las que se supone que tendrías que estar durmiendo (o preparándote para dormir) crea problemas de sueño: el cuerpo cree que es de día y nos quedan muchas horas de actividad por delante.
Dado que el uso de aparatos electrónicos se ha masificado, muy probablemente te hayas habituado a usar ordenadores, televisores o teléfonos minutos antes de irte a la cama. Mala idea: la luz proyectada de forma tan directa sobre nuestro cuerpo crea problemas de sueño al afectar a los niveles de melatonina, la hormona usada para regular nuestro ritmo circadiano. Curiosamente, la frecuencia de la luz azul es la que más nos afecta en este sentido. Lo mejor que puedes hacer es intenta usar luz tenue durante las últimas horas del día e intentar mantenerte lejos de las pantallas.
4. Haz yoga
Existen algunos estudios en los que se insinúa la utilidad del yoga a la hora de combatir los problemas para dormir, incluso en casos de insomnio crónico, así que puede ser una buena idea seguir una serie de ejercicios de relajación para ayudar a combatir los niveles de estrés.
Puedes considerar esto como una inversión de unos pocos minutos al día que hará que te sientas mejor y además te ayudará a ahorrarte el rato que tardas en dormirte. Intenta hacer estos ejercicios en los últimos momentos del día para relajar los músculos y ajustar tus niveles hormonales a la calma que vendrá justo después.
5. Al tanto con la temperatura
Asegúrate de que la habitación en la que vayas a dormir esté a la temperatura adecuada. Los temblores y las posturas recogidas que propicia el frío hacen que los músculos se mantengan tensos, y esto dificulta el sueño. Al tanto con no pasar frío en los pies: si es necesario, usa calcetines para combatir el insomnio a raya (aunque esto no suene demasiado épico).
6. No te preocupes demasiado intentando dormirte
Una vez haya llegado el momento de dormir, olvídate de seguir instrucciones. El viejo truco de contar ovejas saltando una valla no parece ser muy eficaz para lidiar con el insomnio, así que no te compliques la vida con él. A la vez, concentrarse en no tener pensamientos estresantes es muy difícil, ya que nos hace tener la mente ocupada y eso, en un contexto en el que intentamos relajarnos, puede hacer que el estrés se mantenga. Cuando estés en la cama, no hace falta que preocupes concentres en el objetivo de llegar al sueño, si ves que eso no te ayuda.
7. … o sí, preocúpate un poco
Si eres una de esas personas que han de estar pensando en algo todo el rato, otra posibilidad probar cansando tu cerebro para convencerlo de que lo mejor que puede hacer es irse a dormir. Por lo menos, esta es la conclusión a la que llegó un estudio en el que personas con insomnio se dormían antes si realizaban operaciones mentales estresantes tratando de dormir.
8. Duerme sin interrupciones
Dormir ocho horas, pero ocho horas seguidas. El sueño sigue unos ciclos que se suceden muy lentamente, y este proceso, que es el que ayuda a nuestro cuerpo a recuperarse y a crecer, se interrumpe cada vez que nos despertamos. No vale dormir poco por las noches y hacer siestas muy largas.
9. Aprende a diferenciar entre lo que te funciona y lo que no
No te creas demasiado ninguno de los puntos anteriores. Cada persona es un mundo, y hay algunos consejos para combatir el insomnio que pueden serte más útiles que otros. Dado que vas a estar practicando cada día, intenta fijarte en lo que te ayuda y en lo que no te ayuda, experimenta, y aprende cuál es la lógica por la que se guía tu falta de sueño.
10. Infórmate sobre el tipo de insomnio que tienes
Estos consejos son genéricos, pero la manera de combatir el insomnio es diferente dependiendo de si este es crónico o no lo es. Además, existen muchos trastornos asociados al sueño que podrías estar confundiendo. Si ha llegado un punto en el que estos episodios se repiten mucho, merece la pena que busques atención personalizada en un profesional.
Psicologo: Adrián Triglia

LA ASTENIA PRIMAVERAL

LA ASTENIA PRIMAVERAL

Bienestar. La Astenia primaveral

Astenia es un término clínico que significa «cansancio». No es una enfermedad, sino un síntoma que puede deberse a enfermedades orgánicas o psicológicas, pero también a otras causas como el estrés o el exceso de trabajo.

Un dos por ciento de la población puede sufrir «cansancio » o astenia coincidiendo con el paso del invierno a la primavera. Esta sensación puede aparecer junto a otras manifestaciones como:

  • Apatía o falta de energía para desarrollar actividades
  • Tristeza sin causa aparente
  • Pérdida del apetito
  • Pérdida de la libido o del deseo sexual
  • Disminución de la concentración o pérdida de memoria
  • Irritabilidad o cambios en el estado de ánimo
  • Malestar general, dolor de cabeza
  • Hipotensión arterial

En cualquier caso, esta sintomatología es siempre de carácter leve y pasajero. Este cuadro clínico sin causa aparente que lo justifique, y coincidiendo con el cambio estacional ya comentado, es conocido comúnmente con el nombre de astenia primaveral.

Hay que remarcar, sin embargo, que no es ningún trastorno psiquiátrico, sino más bien una sensación subjetiva que puede traslucir una mayor vulnerabilidad de la persona frente a estos cambios climáticos. No hay que confundirlo con el T.A.E. (Trastorno Afectivo Estacional), que sí es una patología psiquiátrica reconocida como un tipo especial de depresión que se acentúa, o bien en los meses de invierno (depresión invernal) o bien en los de verano (depresión veraniega), y que debe tratarse médicamente.

¿Cómo se produce?

No existe una teoría concreta al respecto, pero parece ser que es una combinación de dos factores:

  • Las horas de luz solar
  • Los ciclos hormonales

El origen de todo está en el hipotálamo, una glándula localizada en el cerebro encargada de regular, entre otras cosas, la temperatura, la sed, el apetito, el sueño y la vigilia, y que segrega hormonas y neurotransmisores como las feniletilaminas, que son una especie de «anfetaminas» encargadas de provocar euforia; las beta-endorfinas, responsables del optimismo vital, y las serotoninas u hormonas de la felicidad.

La astenia primaveral tiene su origen en el hipotálamo, una glándula situada en el cerebro que regula, entre otras cosas, la temperatura, la sed, el apetito, el sueño y la vigilia

¿Cómo se produce?

Al producirse el cambio estacional (variaciones climáticas), y con él un aumento de la temperatura, de las horas de luz solar y el cambio de horario, se genera un control sobre la regulación hipotalámica que contribuye de forma muy significativa a un descenso de los niveles en sangre de todas las hormonas anteriormente citadas, lo cual produce una sensación de decaimiento físico e intelectual.

Para explicar el porqué afecta a unas personas y no a otras hay que basarse en la existencia de un factor endógeno no esclarecido. Esto es una mayor predisposición de la persona a verse afectada por estas variaciones climáticas. Podríamos equipararlo a los procesos alérgicos, que también son muy frecuentes en esta época del año; mientras para unos la primavera es sinónimo de alegría, otros deben sufrir las consecuencias de las rinitis o el asma.

Bienestar. La Astenia primaveral

¿Cómo prevenirla?

Llevar una vida saludable y ordenada con una dieta equilibrada es la base para fortalecer nuestro organismo y sus defensas, evitando que los factores exógenos minen nuestra energía.

Podríamos destacar seis puntos básicos para prevenir la astenia primaveral:

  • La dieta debe ser equilibrada y variada, enriquecida en vitaminas y minerales. Hay que hacer hincapié en la ingesta de verduras, frutas, hortalizas combinadas con farináceos (arroz, pasta, legumbres, patatas…), sin olvidar los alimentos de origen animal (carne, pescado y huevos). Específicamente hay alimentos que favorecen la producción de serotonina, como son los cereales integrales, el aceite de oliva, el pescado azul, las nueces, las semillas de girasol y los quesos frescos.
  • Mantener el cuerpo hidratado ingiriendo unos dos litros de agua al día; esto puede ser complementado con infusiones y con zumos.
  • Intentar dormir ocho horas diarias, o las que sean necesarias para sentirnos descansados.
  • No fumar, no tomar bebidas alcohólicas, no abusar del café ni de las bebidas excitantes.
  • Realizar un ejercicio moderado al menos durante 30 minutos al día.
  • Llevar un ritmo de vida ordenado, manteniendo unos horarios fijos para acostarse y levantarse, y también para comer.

En ocasiones, a pesar de cumplir con todos estos requisitos, también puede ser necesario el aporte de un reconstituyente a base de vitaminas, minerales y extractos de plantas como el ginseng o la jalea real, pero éstos deben tomarse siempre bajo prescripción médica y solamente durante un tiempo limitado.

En definitiva, si al principio de la primavera te notas más cansado de lo habitual, falto de fuerzas para desempeñar las actividades diarias o te cuesta mantener el ritmo de trabajo normal, te encuentras triste o sientes malestar, es probable que estés sufriendo una astenia primaveral.

Pero eso sí, si tu sensación de cansancio o tristeza persiste en el tiempo, debes consultar al médico, porque podría tratarse de otro problema subyacente.

Servicio Prevención Mancomunado MAPFRE

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5 formas de aumentar tu autoestima

La autoestima es definida como la valoración que las personas hacemos de nosotras mismas y será alta si la persona está contenta con sus aptitudes, su manera de relacionarse con los demás y si tiene una visión saludable de sí misma. Una buena forma de saber qué nivel de autoestima tienes es ponerte delante de un espejo y ver qué te dices a ti misma: si te insultas, si te dices piropos o si reconoces que tienes cosas buenas y malas como todo el mundo pero que globalmente lo que miras te gusta.En el caso de las personas con baja autoestima se darán una serie de características como son atribuirse características negativas, calificarse continuamente de una manera negativa y, por supuesto, no dar ningún tipo de validez a los aspectos positivos de sí mismo. Si os dais cuenta, las personas con este tipo de autoestima nunca o casi nunca conseguirán sentir que poseen una validez y, además, siempre perderán la batalla con las personas que las rodean.

¿Qué ejercicios se pueden hacer para intentar aumentar tu autoestima?

1. Adecúate a la realidad: Normalmente, las personas con autoestima baja suele evaluar los defectos propios (los de los demás casi no existen) de manera magnificada y es que nos olvidamos de que el lenguaje ocupa un lugar fundamental en la autoestima. Por esta razón la forma correcta para conseguir tener una sana autoestima es hablarnos sin exageraciones ni magnificaciones.

En vez de decirnos “Menudo examen más malo he hecho, no sirvo para nada” será genial que pudiéramos llegar a decirnos “Vale, este no ha sido el mejor de mis exámenes pero en la mayoría tengo buenas notas” o “Estoy gorda como una cerda y jamás nadie me va a querer” cambiarlo por “Es verdad que tengo tripa pero eso no me hace ser asquerosa y no significa que nadie me pueda querer. De hecho si alguien solo me quisiera por mi cuerpo no merecería la pena”.

2. Acepta tus errores: Todos/as cometemos errores. Sin parar. Nadie es perfecto, porque la perfección es algo más abstracto que la amistad o el bienestar y quien nos diga que tenemos que llegar a serlo tiene mucho que aprender. Los errores son algo natural y maravilloso de la vida, porque es la principal herramienta que tenemos para aprender. Aprendemos a andar cayéndonos, aprendemos a cocinar haciendo muchas lentejas quemadas, aprendemos a bailar tropezándonos varias veces y, para finalizar, aprendemos a amar teniendo varias parejas.

Puede que haya personas que muchas de las cosas que hacen les salgan a la primera, pero no es lo habitual y, en un futuro, cuando cometan un error, tendrán dificultades para aceptarlo, porque hasta ahora no creían haberlo tenido. Para saber que quieres hacer algo de otra manera antes tienes que hacerlo de modo erróneo, así que aprovecha esa oportunidad que no es negativa. Es aprendizaje.

3. Combate a tu enanito gruñón.

Llevamos dentro un enanito que siempre está atacándonos y juzgándonos que al final representa todos los aprendizajes negativos que hemos adquirido a lo largo de la vida, pero que se pueden modificar si nosotros queremos. El enanito puede acusarte de no tener el reconocimiento de otras personas a través de frases como “Ves, bostezan porque tu charla es un aburrimiento”, “X está enfadado porque he hecho algo mal” o “Si no me llaman es porque creen que no soy suficientemente bueno”. Con estos pensamientos estás cometiendo una distorsión cognitiva llamada Adivinación del pensamiento.

Esta forma de pensar es muy negativa y tenemos que trabajar para eliminarla de nuestra vida y asumir que en la vida gustarás a unos y a otros no, pero que al final eso no te tiene que importar porque lo más importante es gustarse a sí mismo.

Otras veces nuestro enanito se mete con nuestra capacidad personal y lo hace diciéndonos frases como “Soy un desastre”, “No sirvo para nada” o “Nunca conseguiré lo que me propongo”. Es verdad, muchas veces no conseguimos nuestros objetivos, pero eso no significa que no valgamos. De hecho, si nos fijamos en algunos ejemplos la mayoría de empresarios famosos han “fracasado” con una primera empresa para después crear su imperio. ¿Qué diferencia hay? Ellos vivieron su “fracaso” como una oportunidad de aprender y es lo que sería adecuado que se hiciera en vez de dañarnos a nosotros mismos.

Al enanito gruñón le encanta el arrepentimiento y la culpabilidad y siempre nos está hablando de eso. “No deberías haber hablado así”, “No deberías haber mandado ese e-mail” o “No deberías disfrutado de esa tarde de amigas porque ahora no tienes tiempo para estudiar”. La realidad es que esto no sirve de nada y es mejor que no se den vueltas a las cosas. Debes pararte y preguntarte cómo vas a actuar en el futuro en caso de que vuelva a repetirse la mima situación.

Este personaje del que hablamos es un apasionado de las frases más horribles y es que “Ya no puedo más”, “La vida es una mierda”, “Si es que nunca conseguiré nada” son sus afirmaciones más amadas. Discútele estas frases porque en realidad estas frases descienden de una distorsión cognitiva que se llama visión catastrofista. El no poder más o no depende de ti y, aunque muchas veces tenemos pequeñas piedras en el camino, si nos queremos a nosotros mismos tendremos fuerza para agacharnos y retirarlas.

4. Enfréntate a lo que te asusta: Lo horribles que consideramos nuestras características negativas, supuestos errores y defectos, suele hacer que las evitemos y así pasen a ser todavía más horribles “Soy tan fea que no me puedo mirar al espejo”. Para ir dejando de considerarnos horribles y sentir que no tenemos cabida en este planeta lo mejor es exponernos a esas cosas que tan horribles nos parecen. Ponte delante del espejo, mírate y repítete constantemente, por ejemplo en el caso de que tengas granos: “Vale, mi cara tiene granos y no es agradable tenerlos, pero sé que eso no hace que no tenga derecho a existir e igual que tengo estos granos aquí luego tengo unas piernas maravillosas”.

5. Háblate como te hablaría tu mejor amigo o como tú hablarías a tu mejor amigo: Muchas veces nos hablamos como nuestro peor enemigo y no paramos de decirnos todas las cualidades negativas que tenemos sin dejar espacio a alguna positiva. El hablarse bien ha estado muy castigado socialmente (cuantas veces habéis oído a alguien llamar egocéntrica o engreída a otra persona por decirse a sí misma un piropo) y, además, porque tendemos a considerar positivas cualidades fuera de lo común, que no tenga todo el mundo. La psicología dice todo lo contrario y es que animarnos a nosotros mismos, decirnos lo que valemos y mandarnos mensajes positivos es una fórmula eficaz para protegernos contra los pensamientos y emociones negativas.

Escríbete una carta hablándote como tu mejor amigo lo haría y reléela antes de darle el visto bueno, ya que en ella se seguirán colando las frases del enanito gruñón. Cuando puedas decir que sí, que esto sería lo que un amigo te diría ponla en la nevera y mírala cada vez que decaigas y consideres que no puedes seguir así.

Blanca de Lamo Guerras