Muchas veces oímos cosas como “estoy con la depre”. La mayoría de la veces, esa expresión hace referencia a alteraciones de humor pasajeras, esas alteraciones del estado de ánimo nada tiene que ver con la depresión como enfermedad, ya que como dice el Dr. Vallejo-Nájera la depresión “origina un sufrimiento terrible, no comparable al de ninguna otra enfermedad”. Frente a esta enfermedad muchas veces observamos un tratamiento frívolo por parte de familiares y amigos de las personas que la padecen, hasta que consiguen entender el verdadero sufrimiento de quien la padece. Sin embargo a pesar de ser muy dura es perfectamente curable con el tratamiento farmacológico y psicológico adecuado.
Es fácil comprender un fuerte cólico nefrítico, aunque nunca se haya padecido, sin embargo con el sufrimiento de la depresión no sucede lo mismo, si no se padece es difícil de comprender. Según la OMS ( Organización Mundial de la Salud) se producen alrededor de 2000 suicidios cada día y cerca de 800 son causados por depresión.
¿Qué puede hacer sospechar de la existencia de una posible depresión?
Cuando se sienta profundamente triste, con angustia, desolación, pena, apatía, cuando sienta abandono, remordimientos, sentimientos de inutilidad, con ganas de llorar, dificultades a la hora de dormir o a la hora de comer, cuando aparezca un gran cansancio, hasta el punto de que tareas habituales, cotidianas se hagan muy pesadas y cueste un gran esfuerzo llevarlas a cabo. Un enfermo con depresión tiene pensamientos muy negativos tanto sobre si mismo como de lo que le rodea, le resulta difícil concentrarse en cualquier actividad, y levantarse de la cama es uno de los peores momentos, le cuesta muchísimo echar a andar, iniciar el día. Y lo peor de todo, es que el enfermo no entiende muy bien por que le pasa lo que le pasa, y los que le rodean tampoco lo entienden.
Hay dos clase de depresión, la exógena y la endógena.
La exógena, motivada por un desencadenante externo (fracaso escolar, problema familiar, desengaño amoroso, etc.).
La endógena, porque hay alguna alteración en el metabolismo cerebral, no se encuentra en esta clase de depresión una clara relación entre la depresión y causa desencadenante externa.
Con un tratamiento médico y psicológico adecuado, se puede superar la enfermedad, la familia y personas del entorno del enfermo son parte muy importante en la recuperación del paciente, algunas de las cosas importantes a tener en cuenta por parte de familiares y amigos, pueden ser las siguientes:
- Evitar expresiones tales como “¿quieres explicar lo que te pasa?” “¿por qué te pones así?”, “tienes que poner de tu parte” “eso se te pasará pronto” “tú lo que necesitas es irte de vacaciones”. Todas estas expresiones son muy desafortunadas, no ayudan en absoluto, lo único que se consigue es que el enfermo se sienta más incomprendido.
- Al no encontrar explicación a su estado y ante la insistencia de familiares y/o amigos el enfermo puede llegar a confundir una depresión endógena de una exógena y atribuir su estado a alguna posible causa con el fin de que le dejen tranquilo, no llegando al fondo de la cuestión y alargándose en el tiempo la enfermedad.
Resulta inútil animarle para que vaya al cine, o para salir, o que vaya al trabajo. Sin embargo si puede ser muy acertado no atosigar, dejar en paz al paciente y ayudarle a iniciar un tratamiento, esa sí es una ayuda fundamental
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