El enfado es una reacción normal y a veces adaptativa ya que es una forma de indicar a alguien que algo nos ha molestado, sin embargo si nos enfadamos frecuentemente, y lo manifestamos de forma inapropiada además de crear un ambiente hostil y amenazante nuestro organismo también se ve afectado.
A veces nos enfadarnos al atribuir intenciones en la conducta de los demás o anticipar que los demás van actuar de una forma determinada, sin esperar a ver que hay de realidad en ello y descargamos sobre los demás y sobre nosotros mismos sin pararnos a pensar que es lo que nos aporta, si realmente solucionamos el problema con ese comportamiento que adoptamos.
Interpretar las intenciones de los demás conlleva el riesgo de equivocarnos con frecuencia y además nos predispone emocionalmente en contra de manera que estamos más indefensos para afrontar la situación con serenidad.
Águeda Sobrino Rueda.